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viernes, 13 de mayo de 2011

Mis conflictos y el YO



¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en algún lugar? O simplemente tomaste tu automóvil y condujiste sin saber a dónde te dirijáis, y mientras conducías o estabas sentado en ese lugar, pensabas en todas aquellas cosas que has hecho o que deseas hacer, pero que no te atreves o que sientes que no las debes de hacer o que no las debiste de haber hecho

En numerosas ocasiones realizamos aquellas cosas, motivados por los sentimientos, por la lógica o por el conjunto de conocimientos y creencias, y estas nos dan una visión del mundo en el que vivimos, y que probablemente sea muy diferente al mundo de las otras personas, es por esta razón que las acciones que realizamos, para algunas personas o incluso para nosotros mismos, pueden ser buenas o malas, dependiendo de la motivación que ha llevado a realizar la acción.

Puede llegar a ser algo confuso o incluso conflictivo para cada uno de nosotros el hecho de analizar cada acción o la motivación que nos ha llevado a realizarla. Dentro de la psicología se maneja los estados del YO y estos estados pueden darnos una explicación para poder entender el por qué llegamos a sentir que aquellas cosas, se debieron de haber realizado o no se debieron de haber hecho.

Los estados del Yo son una forma específica de pensar, sentir y actuar y cada estado tiene su origen en zonas determinadas del cerebro, las personas pueden actuar dentro de los tres diferentes estados: el Yo Padre, el Yo Niño o del Yo Adulto, todas nuestras acciones tienen un origen en alguno de estos tres estados. Así que vamos a hacer un pequeño análisis de cada uno de ellos para poder entenderlo.


El Yo Niño, es manejado por la frase “Yo Quiero”, y todas sus acciones son motivadas por los sentimientos y el deseo de hacer cada una de aquellas cosas, cuando estamos dentro de este estado, actuamos como el niño que alguna vez fuimos o incluso como aquel niño que quisimos llega a ser. Y como todo niño nuestras acciones son realizadas por los diferentes tipos de emociones que pueden existir, el amor, la vergüenza, el coraje, la ira, la alegría, el miedo, etc. En la mayoría de las acciones realizadas en este estado no se miden las consecuencias de aquellas acciones, simplemente se hacen por que se quieren hacer.

Las personas que viven la mayor parte de su vida en este estado, pueden llegar a ser aquellas personas que no le temen a hacer las cosas o incluso son aquellas personas que son consideradas como inmaduras y que no tienen preocupación por la vida, podrían ser consideradas como personas que son felices en el mundo en el que viven, ya que un mucho de los casos no tienen un límite de las cosas que hacen, porque simplemente hacen lo que sienten y quieren es ese momento.

El Yo Padre; es manejado por la frase “Yo tengo que” y las acciones de este estado son originadas por aquellas frases de la figura paterna, y puede llegar hacer como una grabadora que ha grabado una serie de códigos morales, y estos códigos son inamovibles dentro del cerebro del individuo, y es aquí cuando nos encontramos con aquellas personas que se les dificulta aceptar sus errores, y como todo buen padre pretenden tener siempre la razón. Cuando no se logra tener un equilibrio en todos los estados del Yo, y predomina el “Yo Padre” las personas pueden llagar a tener una vida de conformismo y aceptación de las cosas, porque para ellos las acciones deben hacerse siguiendo un modelo ya prejuzgado y prejuiciado.

En el “Yo Adulto” la frese favorita es “Yo Analizo”, en este estado todas las acciones son motivadas por la lógica. Antes de tomar una decisión en este estado el individuo toma todos sus pensamientos lógicos para resolver su problemas o hacer alguna acción, pero se encarga de que las emociones del “Yo Niño” y los prejuicios del “Yo Padre” no afecten al tomar la decisión o hacer la acción, en este estado las personas pueden ser capaces de separa las emociones de sí mismos para hacer cualquier acción,

Las personas que viven más tiempo en este estado, son capaces de establecerse metas y analizar la mejor manera de llegar hacia ellas y en muchos de los casos sin importar a quien o por quien hay que pasar para conseguirlas.

Hay momentos en nuestra vida, en la que estos estados quieren salir a flote y se generan conflictos entre ellos, un muchas de las ocasiones el YO Niño quiere hacer de las suyas, pero el Yo Padre lo detiene o el Yo Adulto mide las consecuencias del acto y le prohíbe al Yo niño realizar la acción. Es muy impórtate llegar a tener un equilibrio entre ellos para no tener los conflictos racionales que provocan ese sentimiento de querer hacer las cosas y no poder hacerlas.

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