lunes, 9 de noviembre de 2009
1000 GRACIAS
ES ANCIANO Y ES NORMAL LO QUE TIENE
Esta afirmación me hace pensar que para un buen número de personas esa etapa de la vida llamada vejez, tercera o cuarta edad, ancianidad y otras denominaciones, es un gran saco en el que todo cabe o es una tierra de nadie donde todo está permitido y todo es “normal”. Y eso es un grave error.
No pretendo dar una explicación de lo que es una vejez normal, pero sí quiero reflexionar sobre una condición muy frecuente en esta etapa y que si no se detecta a tiempo y se trata adecuadamente trae enorme sufrimiento a quien la padece, a sus familiares y puede, si alcanza una intensidad grave, terminar con la vida del anciano. Y esa condición mórbida, común y mal diagnosticada y peor tratada, es la depresión.
La depresión en el anciano puede tener diversas formas de presentación y no es mi interés brindar una clasificación académica de este trastorno, sino proporcionar una guía para que cualquier persona pueda pensar en esta posibilidad ante un anciano con los síntomas a los que me referiré. Paso a describirlos:
Como se evidencia, no es conveniente atribuir cualquier síntoma del anciano a su vejez, a los achaques de la misma, a una demencia o a una enfermedad física, pues puede ser la manifestación de una depresión tratable y, por tanto, puede el anciano recuperar su vitalidad y el resto de las funciones comprometidas. Si no se diagnostica adecuadamente, se puede hacer crónica y en el peor de los casos, termina su vida con el suicidio.
sábado, 24 de octubre de 2009
DEBES SER FUERTE, NO LLORES
Reprimir a alguien sus emociones y sentimientos puede provocar el llamado “duelo patológico”, que es un duelo prolongado o que se presenta cuando no es tiempo para ello, hasta el surgimiento de una enfermedad física, porque “la pena que no se derrama en lágrimas hace llorar a otros órganos”.
En ocasiones se llevan a una consulta spicolofica a una persona en duelo de pocos días de evolución porque llora sin consuelo, apenas come alimentos, sólo los caldos y muy poco, permanece acostada y no desea hablar con nadie, excepto cuando le hablan del fallecido. ¿Usted no cree que sería más juicioso llevarlo a la consulta si estuviera risueña, feliz, contentísima porque se le murió su ser querido? Obviamente sí.
A veces el llanto nos parece “muy lógico” y hasta un rasgo “apropiado” del carácter; sin embargo, es en realidad anormal y debe ser objeto de contención. Pensemos, por ejemplo, en alguien a quien se le llama la atención y eso le provoca llanto, asimismo llora cuando se discrepa de sus puntos de vista; o tiene que ser evaluada por sus directivos y antes de iniciarla prorrumpe en llanto delante de ellos; o ante un tribunal examinador cuando no se está seguro de las respuestas. Todos estos llantos no son normales, pues las situaciones no lo ameritan; sin embargo, a estas personas que hacen de él una manera, muy efectiva a veces, de comunicarse, no se les sugiere asistir a una consulta de psicologica.
Al igual que el niño recién nacido expresa a través del llanto sus necesidades, hay adultos que hacen lo mismo, y para ellos llorar es su manera de enfrentar la vida: lloran si tienen problemas con el esposo, si el hijo les dijo algo indebido, si despiden a un ser querido que va de viaje, ante un melodrama si van al cine. Son los clásicos llorones, a los que sí hay que decirles: “No llores, ponte fuerte”.
miércoles, 7 de octubre de 2009
EL VIAJE
Si hay algo en la vida que me gusta mucho es viajar, y gracias a Dios me permite tener un trabajo que me da ese placer. Cada vez que me encuentro en un aeropuerto o Terminal de autobuses, puedo ver el placer que siente cada viajero, y aunque se trate de un viaje de negocios o de una visita familiar. El solo hecho de estar en un aeropuerto, o en una estación de ferrocarril o en
La actitud cambia y también el comportamiento. Las personas suelen sentirse más libres, tienen la rara impresión de ser otros, diferentes, dispuestos a emprender un viaje que tiene más de imaginario que de realidad.
Como nadie se conoce, se puede fantasear otra identidad, y hasta sentir que el vecino de asiento es más un compinche que un desconocido, también jugando a ser otro.
En un viaje la gente suele hacer cosas inexplicables; como contarle al de al lado toda su vida sin vueltas, con todo detalle, como si fuera un psicoanalista, y terminar siendo más amigo de él que de ningún otro que haya conocido, con la única diferencia que cuando termina el viaje ambos se dan cuenta que ni siquiera se preguntaron el nombre o su teléfono y es así como las dos imágenes se disuelven como la de un sueño al llegar a destino.
Son dos personas que se encuentran, y sin preguntarse nada, solamente por el hecho de compartir el mismo asiento, se sienten inclinados a realizar ambos la misma catarsis. En psicología esta situación se considera terapéutica, por lo que un viaje largo se paga solo porque le ha ahorrado al viajero una consulta al psicólogo.
En los viajes nadie quiere continuar siendo el mismo ser gris que habita una gran ciudad, casi tan anónimo como los gorriones que pululan entre los árboles. Quieren destacarse un poco, conocer gente nueva, hacer cosas diferentes e ir a lugares que no acostumbran. Aunque se trate de un pueblo a sólo doscientos kilómetros del lugar donde se vive, igual se puede notar que todo es muy distinto. Ellos, los residentes, se parecen, tienen muchas cosas en común, pero a los forasteros los distinguen desde lejos.
Los de la ciudad caminan con cierto aire altivo como si fueran superiores, como si se las supieran todas y ya estén de vuelta. Es la actitud típica de los habitantes de las grandes ciudades que suelen mirar con cierto desdén a los del interior, como subestimándolos, como si fueran de otro planeta.
Todos dicen que la gente del interior es más buena, más inocente, sin malicia i ánimo de jugarle sucio a un viajero; y es verdad, eso se puede comprobar cada vez que visitamos una provincia.
Los niños en las escuelas son más educados, aceptan las consignas, respetan más a los maestros que los niños de las grandes ciudades, que son más indisciplinados, más rebeldes, menos dispuestos a aceptar las normas, acostumbrados a hacer lo que quieren.
Dicen que la gente del interior vive como hace cien años. Algunos no tienen televisión, otros sólo ven los canales de aire y no demasiada gente tiene Internet o cable. Ellos viven de otra forma, tienen más tiempo para comunicarse, para visitar a los familiares, festejar los cumpleaños o simplemente para tomar te con el vecino que es para ellos como alguien de la familia. No tienen que hacer tantas colas, viajes largos, o esperar su turno en todos lados.
Sólo los viajes permiten darse cuenta de todas estas cosas.
jueves, 10 de septiembre de 2009
¿QUÉ HACER CUANDO FALLECE UN SER QUERIDO?
lunes, 7 de septiembre de 2009
ÉL NO ME DEJA...

viernes, 14 de agosto de 2009
SIEMPRE ESTOY APURADO

viernes, 7 de agosto de 2009
EL PROBLEMA ES QUE YO NO SÉ DECIR QUE NO
jueves, 30 de julio de 2009
Y CON ESTA SUERTE QUE ME CARGO!!!
Esta es una Expresión que escuche decir, el día de ayer, por una amiga, y es que en el transcurso de una semana, le ha pasado una serie de cosas negativas, que van desde, perder un autobús, que le cancelaran unos conciertos, que no le entregaran sus cds a tiempo y por ultimo, no tener dinero para regresar a su casa.
Y aunque estoy seguro que ella no cree en la mala suerte, hay muchas personas con dificultades en sus vidas, que con frecuencia dicen algo semejante. Es una declaración negativa pues quien lo dice se priva de algo positivo. Sería como si dijera: “Yo no tengo inteligencia”, “yo no tengo valor”, “yo no tengo bondad, honor, etc.”. Es además pesimista, pues no tener suerte es sinónimo de ser un fracasado. Es, pues, un pensamiento negativo. Por tanto, usted no tiene suerte no porque no la tenga, sino porque piensa que no la tiene.
Detrás de esta expresión se esconde también una forma “mágica” de pensar. Si las cosas salen bien es por la buena suerte y si salen mal es por la mala suerte que tenemos. Todo depende de ella. Niega la posibilidad a la persona de influir en su futuro, en que las cosas le salgan bien, regular o mal, lo deja todo a la suerte. Quienes piensan así no ven la participación que tienen en que su vida cambie.
¿Por qué no se tiene suerte? Porque se hacen muchas cosas impropias: si no le fue bien en el matrimonio, puede haber elegido la pareja inadecuada, no la conoció suficiente antes de formalizar la relación, no modificó determinados rasgos de su carácter que entorpecen la convivencia en pareja, etc. Entonces se divorcia y encuentra (para usted) el hombre ideal o la mujer de sus sueños, pero con el inconveniente de tener compromiso. Ahora se lamenta de su mala suerte y decide rehacer su vida con alguien que lo necesite y comienza otra relación con una persona a la cual usted le lleva veinte años y que efectivamente le necesita, pero... por un tiempo.
Y así, irá de fracaso en fracaso, echándole la culpa de su falta de previsión a la mala suerte. Por favor, no culpe a la suerte de su incorrecta manera de actuar. ¡Su mala suerte es usted!
jueves, 23 de julio de 2009
MI ESPOSO ME MALTRATA, INCLUSO ME HA PEGADO.

De preferencia envia tus comentarios a mi correo dioyenes@ gmail.com
miércoles, 15 de julio de 2009
A TODOS MIS HIJOS LOS QUIERO IGUAL
El afecto de los padres y las madres es como un medicamento, cuya actividad beneficiosa está enmarcada en la llamada “ventana terapéutica”, por debajo de dicho umbral, el medicamento no ejerce efecto alguno y por encima, ocasiona efectos indeseables. El desamor paterno es dañino y el exceso de demostraciones de afecto también lo es. ¿Cómo se puede demostrar igual el amor a hijos que son diferentes? ¿Cómo se puede demostrar igual el amor a hijos que se comportan de manera desigual? He visto a hijos delinquir para lograr de los padres las demostraciones de afecto y el apoyo dado a otro hijo que previamente lo había hecho. He conocido adolescentes cuya tentativa de suicidio fue para obtener de los padres lo que a otro hijo se le ha dado. He escuchado a hijos valiosos lamentarse de no haber recibido de los padres las atenciones recibidas por su hermano, un alcohólico deteriorado.
A todos los hijos no debiera demostrarse de igual manera el afecto, sino según su comportamiento familiar y social. Si usted tiene un hijo bueno, afable, noble, cumplidor de sus obligaciones, respetuoso, en fin, con muy buenas condiciones humanas y tiene otro que es impulsivo, agresivo, tomador de bebidas alcohólicas, transgresor del orden establecido, etc., ¿cuál de los dos merece mayores demostraciones de afecto? Muchos dirán que el primero y otros dirán que el segundo. Por experiencia personal me atrevo a decir que yo considero que pertenezco a la primera clase de hijos y mi hermano pertenecía a la segunda clase de hijos, no tengo duda del afecto de mis padres hacia mi, pero era muy evidente la preocupación y la atención de mi madre, sobre mi hermano, y en algún momento los papeles cambiaban. Y he llegado a la conclusión de que mi madre demostraba mas afecto al hijo que tenía más problemas. Yo no se en realidad cual de los dos hijos merece mas afecto pero es muy claro que a uno de los dos, se le demostrara mas simpatía. Si no eres de la segunda clase de hijos y tus padres no te demuestran más cariño, es por que tu hermano no necesita más.
Sé que puede haber muchas personas que no coincidan con esta manera de pensar, pero no se trata de ponernos de acuerdo, sino de reflexionar sobre el afecto que se les da a los hijos y cómo ello puede influir en su bienestar.
jueves, 9 de julio de 2009
EL BIPOLAR CREATIVO
Antes que nada quiero agradecer a mi amiga Rousmairin, ya que ella me ha pedido que hable sobre la bipolaridad, y eso ha hecho que recuerde a mi mejor maestro, y sobre todo un buen amigo. En un par de ocasiones me comento que el era bipolar. Una de las muchas cosas que admiro de el, es su energía creativa y es por eso que he relacionado la bipolaridad con la creatividad.
El trastorno bipolar se encuentra en una cantidad desproporcionada de personas con talento creativo, tales como artistas, músicos, escritores, poetas y científicos, y algunos acreditan a su condición de bipolar el tener tal creatividad. Muchas famosas figuras históricas que tiene el don de la creatividad, comúnmente se cree que han sido afectadas por el trastorno bipolar, y fueron diagnosticadas póstumamente basándose en cartas, escritos, hechos contemporáneos o en otros materiales. Mientras que el desorden comúnmente incrementa la energía creativa, el síntoma de depresión, prontamente hace que la persona se ponga rabiosa y frustrada. Es un ciclo con el que muchas personas famosas han tenido que vivir durante toda su vida.
Kay Redfield Jamison, quien padece del desorden, es considerada una experta y líder en el tema de este con la creatividad. Investigaciones indican que mientras la manía puede contribuir a la creatividad (ver Andreasen, 1988), la fase hipomaniaca experimentada en bipolares I y II, y en la ciclotimia parece producir la mayor contribución a la creatividad (ver Richards, 1988). Ello porque produce, por ejemplo, un incremento en la energía, confianza y actividad, pero pronto el espiral termina en un estado que debilita la creatividad.
La fase hipomaniaca de la enfermedad permite una mayor concentración en las actividades, y la fase maniaca permite trabajar las 24 horas sin detenerse, con una aparente necesidad mínima de sueño.
Otra teoría es que la manía produce una aceleración en el pensamiento lo que permite una mayor y más rápida generación de ideas, produciendo también una larga asociación de estas ideas e información sin una relación aparente.
Strong dijo que las personas con trastorno bipolar también podrían mostrar tendencias creativas, porque ven el mundo desde dos perspectivas diferentes, a través de las cuales los mismos ambientes se tornan distintos dependiendo del estado de ánimo del observador. Esta "doble visión'' del mundo podría permitir a los pacientes maníaco depresivos ser más abiertos, una de las características que distingue la creatividad, según Strong.
Muchos pacientes no quieren tomar los medicamentos para el trastorno bipolar por miedo a que afecte su creatividad, pero estos hallazgos parecen sugerir lo contrario, indicó Strong
jueves, 2 de julio de 2009
NO SOPORTO ESTAR SOLO
Cuando uno ha aprendido a estar solo, disfruta de esos momentos de soledad. Siempre tiene algo útil que hacer, algo o alguien en quien pensar, alguna forma creativa de emplear el tiempo cuando la única compañía es uno mismo. Hay quienes, aun junto a sus seres queridos, necesitan, en determinados momentos, estar solos, aunque sea por breves períodos de tiempo. Y lo logran sin que por ello se afecte la comunicación ni el clima emocional de la familia.
¿Cuántas cosas puede hacer una persona cuando está a solas? Muchas. Por ejemplo, puede decorar la casa de manera diferente, preparar una comida especial, leer un buen libro, hacer ejercicios físicos, de relajación, oír música, cuidar del jardín, sembrar alguna nueva planta, arreglar y ordenar el armario, sus gavetas, hacer una limpieza general, descansar, meditar, dormir.
Sin embargo, quienes no se soportan cuando están a solas no tienen una rutina cotidiana establecida, hacen las cosas sin deseos, desmotivados, como si fuera un castigo, sin creatividad alguna. Están aburridos, a pesar de que quizás haya muchas cosas por hacer o, por el contrario, las hacen con tal rapidez que en breve tiempo han terminado y vuelven a quedar ociosos, supuestamente, y esa inactividad artificial les genera malestar, ansiedad, tedio, estados anímicos desfavorables los cuales conspiran contra su bienestar. En otras palabras, no saben planificar qué hacer cuando están a solas para no sentir soledad.
El ser humano está necesitado de compañía. Es una condición humana. Así como también lo es su individualidad, su privacidad. Por tanto, las relaciones con otras personas son imprescindibles y la soledad también para lograr una personalidad armónica.
miércoles, 24 de junio de 2009
QUIERO OLVIDAR Y NO PUEDO

Esto es frecuentísimo en personas que han estado envueltas en algún acontecimiento doloroso: pérdida de seres queridos, o de una relación amorosa, situación laboral frustrante, etcétera.
Esta expresión pudiera parecer adecuada, porque es muy lógico para esa persona querer olvidar el acontecimiento causante de ese dolor moral. Para ella esto es normal. Y ahí radica precisamente lo anormal de la expresión.
El ser humano olvida cuando está enfermo del cerebro de manera irreversible o de forma reversible a causa de una enfermedad local del propio órgano o de las sustancias que a él llegan. Es lo que sucede en los ancianos dementes o arterioescleróticos cuya memoria de fijación está deteriorada, conservándose en cierta medida la memoria de evocación, es decir, la que le permite recordar hechos pasados. Al avanzar la enfermedad, esta memoria también sufre un deterioro significativo.
El ser humano olvida aquellos estímulos que no fueron capaces de dejar una huella en el cerebro para ser evocada. Un ejemplo de ello es que nadie seguramente puede memorizar las vestimentas de todas las personas con las que se tropezó durante el día de hoy; o el color de los ojos de quien nos pasó por delante en la tercera calle de nuestro recorrido. No recordamos tales hechos porque no les prestamos la debida atención, pues no eran de nuestro interés y por tanto, los estímulos no dejaron huella alguna. Sería agotador para el cerebro almacenar toda la información recibida sin discriminación.
Ahora bien, cuando un estímulo, un hecho, es lo suficientemente significativo, usted no lo puede ni lo podrá olvidar nunca más. A no ser que comience a padecer una enfermedad cerebral de las que hice referencia: no se le olvida nunca mientras esté sano su cerebro el nacimiento de un hijo, aunque ya no sienta los dolores de parto; no se le olvida su primer amor, aunque ella o él hicieran sus respectivas vidas; no se le olvida su primer maestro, aunque hoy esté fallecido; no se le olvida cuando se divorció, aunque ya el malestar de ese momento no existe; no se le puede olvidar el fallecimiento de su ser querido, aunque se sonría, ría a carcajadas o haga bromas hoy que han transcurrido varios años de ese suceso doloroso.
La única forma que existe de no recordar algo es que nunca hubiera ocurrido en nuestras vidas. Por tanto, la estrategia no es querer olvidar lo sucedido sino recordarlo de otro modo. ¿Por qué es menester evocar los sufrimientos de mi ser querido antes de fallecer y no sus buenas cualidades, su carácter, su forma de ser conmigo, los años pasados juntos?
¿Por qué rememorar tristemente a la pareja que perdí y no complacerme por haberla tenido? Por tanto, no se empeñe en olvidar lo que es inolvidable. Recuérdelo de una diferente manera y el tiempo también le ayudará.
martes, 23 de junio de 2009
MI VIDA NO TIENE SENTIDO
Una existencia sin sentido no tiene calidad. Es por ello que el ser humano debe empeñarse en encontrar la vía por la cual dirigir sus energías hacia el logro de una trascendencia social cuyo resultado sea la satisfacción personal. Claro está, el sentido de la vida no es algo común para todos los individuos, es personal, porque lo que me lo da a mí no lo dará a mis padres, hermanos y avmi pareja. Luego, lo primero que usted debe hacer para dar sentido a su vida, es preguntarse cuál es su mejor atributo, su mejor cualidad, en qué aspecto es realmente bueno. Y de eso no es difícil darse cuenta. Muchas personas a lo mejor lo buscan porque es buen conversador, o sabe arreglar bien los cabellos, o explicar bien las cosas para que otros la entiendan, o sabe de mecánica o de computación, o hace unos dulces de guayaba exquisitos, o cose muy bien, o escribe a máquina de manera impecable...
Una vez que descubra ese atributo, dedíquele una parte de su tiempo para buscar la mayor perfección, y hágalo de manera consciente, no como un pasatiempo, sino como una obligación: usted le está dedicando a ese atributo una parte de su tiempo porque ello le dará un sentido a su existencia y su deber es perfeccionarlo al máximo. Si sabe arreglar los cabellos, debe tratar de llegar a ser un estilista, estar al tanto de lo que se hace en otros lugares dentro y fuera de su país, de la última moda; y si no desea ponerse metas tan ambiciosas, pues al menos debe conocer qué están haciendo los peluqueros de su ciudad o pueblo, y tratar de hacerlo, al menos igual, si no lo puede hacer mejor que ellos. Recuerde que esas personas tienen dos manos y un cerebro lo mismo que usted. Lo demás es la dedicación personal y el amor con que haga lo suyo. Cuando empiece a notar que arreglar los cabellos a las personas dejó de ser un trabajo y ya es otra cosa, no ajena a sí mismo, sino que es parte suya como lo puede ser un lunar o las canas, entonces, estará en el momento adecuado para empezar a dedicarle todo el tiempo de su vida, pues le está brindando un sentido a su existencia.
Otras veces no hay que descubrirse atributo alguno, ni competir con nadie. Simplemente mire a su alrededor y trate de encontrar la persona más necesitada de usted, por ejemplo, su abuela, su pequeño hijo, su esposa enferma, su esposo con una gran cantidad de responsabilidades, etc. Dedíquese a mejorar la calidad de vida de ellos y eso también mejorará la suya.
Dicho incentivo en ocasiones se puede encontrar en su propia tragedia. He conocido madres que han perdido un hijo por suicidio y se han consagrado a ayudar a otras madres y familiares con una experiencia similar y ello le ha complacido. También hay padres que han tenido un hijo con Síndrome Down (mongolismo) y se han entregado a su educación en todos los sentidos, sumando en ese empeño a quienes tienen hijos portadores de la misma enfermedad. Otros llegaron a darle un sentido a sus vidas, en la búsqueda de las causas de la enfermedad de su hijo, hasta ese momento desconocidas para la ciencia.
Al parecer, para algunos no hay nada que los entusiasme, y en esos momentos tal vez un animal afectivo pueda lograrlo. Hemos encontrado en nuestra práctica profesional sujetos que viven solos, sin pareja ni hijos, muy tristes, y se les ha sugerido criar un animal de compañía al cual brindar afecto y atención y así han encontrado una razón para vivir.
Como puede darse cuenta, siempre habrá alguien o algo, incluso cuando usted considere que no, que abra un nuevo horizonte para su vida.